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¡Oh, Jesús!

 

 

Ayúdame a esparcir Tu Fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi Alma de Tu Espíritu y Vida. Penétrame y aduéñate tan por completo de mí, que toda mi Vida sea una Irradiación de la Tuya. Ilumina por mi medio y de tal manera toma posesión de mi, que cada Alma con la que yo entre en contacto pueda sentir Tu Presencia en mi Alma. Que al verme no me vea a mi, sino a Tí en mi. Permanece en mi. Así resplandeceré con Tu Mismo Resplandor, y que mi Resplandor sirva de Luz para los demás. Mi Luz toda de Ti vendrá, Jesús; ni el más leve Rayo será mío. Sugiéreme la Alabanza que más te agrada, iluminando a otros a mi alrededor. Que no te pregone con palabras sino con mi Ejemplo, con el influjo de lo que yo lleve a cabo, con el destello visible del Amor que mi Corazón saca de Ti.

Amén, Amén, Amén.

 

 

 

 

 

 

Querida Madre de la Confianza, vengo a ti con toda mi debilidad y necesidades, confiado en Tu Amor Materna, y en el Amor de Dios que "ha hecho cosas grandes" por tí. Te lo doy todo, mis problemas, mis dudas, e incluso mis pecados. Y te pido que me des tu Confianza sin limites en la Ternura de Dios, y en el Poder de Jesús tu Hijo. Junto a tí, pueda yo ver siempre con ojos de Fe, la Presencia de Dios, y su Poder actuando en mi Vida. Ayúdame a aceptar todo lo que me pase con serenidad, y a pedir todo lo que necesite con Firme Esperanza, así de estar convencido como Tú, de que "Dios que es Poderoso ha hecho cosas grandes...." por mí. Amén, Amén, Amén.

 

 

 

 

 

 

 

Santa Teresa de Calcuta, deseando ardientemente amar a Jesús como nunca antes había sido amado, te entregaste completamente a Él, sin negarle nada. En Unión con el Corazón

Inmaculado de María, aceptaste la Llamada de Jesús para saciar su Infinita Sed de Amor y de Almas y así ser Portadora de su Amor por los Pobres entre los más Pobres. Con Confianza  llena de Amor y Abandono Total cumpliste su Voluntad, testimoniando la Alegría de pertenecerle a Él totalmente. Te uniste tan intimamente a Jesus, tu Esposo Crucificado, que Él suspendido en la Cruz, se dignó compartir contigo la Agonía de su Corazón.

Santa Teresa, tu que prometiste traer continuamente la Luz del Amor a aquellos que viven en la Tierra, intercede para que también nosotros deseemos saciar la ardiente sed de Jesús amándolo apasionadamente, compartiendo sus Sufrimientos con Alegría y sirviendolo de todo Corazón en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que, más de todos, son "no amados" y "no deseados".

Amén, Amén, Amén.

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